En aquella habitación estaba ella, solo ella, nadie más a su lado agarrándola del brazo y consolándola, ella y su soledad, ella y su miedo atroz a enfrentarse a la realidad, ella y sus inseguridades, ella y sus lagrimas. Todas derramadas por aquella imagen de su pasado que no la deja seguir. Llora cada día, llora desde el amanecer hasta el atardecer cuando cae rendida en su cama recordandole.  Sale poco y nadie la acompaña en sus paseos diarios, va de un lado a otro, envuelta en sus pensamientos, distraída con el susurro de la brisa y del aire. Luego regresa y se queda en su habitación  encerrada, escuchando las canciones que hace tiempo solían escuchar juntos, mientras se queda observando su rostro. Ella nunca había sido así, antes sonreía a cada instante y reía a cada momento, casi nunca derramaba ninguna lagrima, siempre alegre y arreglada, eso fue lo que le enamoro de ella. Cuando estaban juntos, ella era todo para él, su razón para vivir, la única que le hacia feliz, su única familia. Ella estaba loca por él y se pasaba las 24 horas del día a su lado. Pronto decidieron casarse, no les importo la gente que se oponía a su amor, lo lejos que tuvieran que irse, solo pensaban pasar el resto de sus vidas juntos. Eran almas gemelas, la una echa a la perfección para la otra, lo que se solía decir, su media naranja. Nadie creyó en su amor y se marcharon lejos, dejando toda su vida atrás y comenzando una nueva. Ella pensaba que él permanecería siempre junto a ella, que nunca la abandonaría  que escribirían su vida juntos. Pero eso no fue así  pronto sus promesas se quedaron en eso, promesas y nada más. Y ahora tiene que afrontar sola el resto de su vida, pensando que nunca encontrara a nadie como él, que nunca sera feliz, porque encontró el amor muy rápido y lo vivió intensamente, solo tiene 18 años y ya ha perdido la esperanza de volver a sonreír por las mañanas, porque solo vivía por él, porque tan rápido como vino un día  al otro se ha ido y ahora solo encuentra dolor a cada instante, solo sabe llorar porque su imagen la atormenta cada noche, porque a sus 18 añitos se ha convertido en viuda.