Yo te esperare.

Era una tarde tranquila, el viento resoplaba con brisas calmantes, los pajarillos cantaban alegremente por las calles y la gente caminaba por la plaza central riendo y charlando. Todo aquello era en el centro de la ciudad, pero en un sitio más lejano, sin gente riendo, sin pajarillos cantando, solo se veían algunas personas sentadas. En aquel lugar junto a un señor que se solía llamar sacerdote de dios, había una chica de pie con un folio en la mano. Tras algunos segundos la chica tomo aire, se seco las lagrimas que le recorrían las mejillas y comenzó a leer:
'Por la mañana al levantarme y saber el día que era no quise salir de la cama, deseaba pasar este día entre las sabanas y creer que todo esto no era mas que un sueño, que no estaba pasando, pero tras algunos minutos tumbada recordándote me levante. Sabia que no iba a ser un día fácil, que tendría que llorar y asumir que tu ya no estas. Me vestí, subí al coche y llegue hasta aquí.  Quería despedirte como te mereces, me gusta pensar que tu estas aquí y que esto te hace feliz, escuchar la ultima carta que te escribo. Sabes, me he pasado casi toda mi vida escribiéndote pero nunca pensé que tu ultima carta te la escribiría y te la leería aquí, en este frió lugar. Supongo que te hubiese gustado que te la hiciera como despedida.
Han sido muchos años, muchos momentos, muchas cosas vividas juntas como amigas y ahora solo me quedan un motón de recuerdos y un montón de fotos, desde que te conocí a los siete años hasta ahora. Siempre quise tener una amiga como tu, que estuviera a mi lado desde pequeña, con la que poder crecer, a la que poder considerar una hermana y con la que poder contar en cualquier momento. Ya ves, toda la vida juntas y ahora te vas, sin aviso, no dejaste que me despidiera, que te dijera una y otra vez lo mucho que te quiero y lo mucho que te voy a echar en falta. Ahora solo siento un vació en mi interior, como si ya nada pudiese sacarme de este dolor en el que estoy sumida por tu ausencia, ahora solo quiero sentarme y esperar a reunirme contigo, para vagar toda la eternidad cogidas de la mano por las inmensidades de los cielos, en los que ahora te encuentras.
Un día te dije que tu me inspirabas las palabras mas bellas, y era verdad, por eso cuando decidí escribirte esto las palabras fluyeron, el boli y el papel parecieron volverse uno, con el único objetivo de plasmar mi dolor, mis sentimientos y mi amor por ti. Ahora no se que haré  no se como podre caminar por la orilla del mar sin ti a mi lado, como ver fuegos artificiales sin que tu me pongas aquella canción que me recordaba al primer año que pasamos juntas en la playa ¿A quien dedicare las miles de cartas que escribo?
Pero supongo que ya nada puedo hacer, solo podre aceptarlo y vivir con ello, con este dolor en mi corazón  con esta agonía, con este sin vivir  ¿Te acuerdas? No es que no tenga final, es que sin ti ni siquiera tengo historia. Ahora tendré que escribir yo sola la mía, el futuro que me aguarda. No se si seré capaz pero lo intentare, recordarte sin dolor, recordando solo los buenos momentos y pensando que estas muy lejos, en otra ciudad y que no puedo hablar contigo, en vez de saber que estas a tres metros bajo suelo. Aquellos ojos verdes que adoraba, aquellos labios con los que me sonreías e iluminabas un día entero de oscuridad, aquella mano que agarraba fuerte cuando paseábamos por la playa, todo aquello esta muy lejos y ya nada sera igual sin ti, porque por muy lejos que estuviese o por mucho tiempo que pasase, eras tu con la que escribía la historia de mi vida. ¡Buenas noches princesa! Descansa ahora todo lo que no te dejaron descansar en este mundo. Te quiero Barbara.'
La chica cogió el folio y junto con dos rosas, una rosa y otra amarilla, las dejo encima del ataúd  'Gracias, contigo conseguí escribir los capítulos mas felices de mi vida'
De repente Estefania se levanto de la cama, noto una presión en el pecho y unas cuantas lagrimas en sus mejillas humedeciéndolas  a los pocos segundos una gran sonrisa se formo en su rostro 'Era todo un sueño' pensó para si. Na da era real, sabia con certeza que mañana por la mañana saldría tranquila a la calle ya que aun podría disfrutar de Barbara y disfrutar de su vida junto a ella, poder crear mas momentos inolvidables juntas. Tras algunos minutos allí en la cama, cogió el móvil  aunque eran las cinco de la mañana quiso escribirle un mensaje a Barbara '¡Te quiero Princesa!